Es una receta familiar, que se ha transmitido de generación en generación. Tengo que decir que podemos tener la misma receta...., pero ella siempre le da un toque especial......
Ingredientes
1 Kg. de harina bizcochona (con levadura)
1 vaso de azúcar,(medida de un vaso de agua)
1 vaso de aceite de oliva,(medida de un vaso de agua, el vaso no del todo lleno)
1/2 vaso de anís dulce,(medida de un vaso de agua)
1/2 vaso de agua tibia,(medida de un vaso de agua)
3 huevos
1 sobre de levadura Royal
Anís o matalauva
2 cucharadas soperas de canela molida
Ralladura de uno o dos limones
Elaboración
Colocar la harina en forma de volcán en un recipiente. Añadir todo lo sólido: el azúcar, la levadura Royal, la ralladura de limón, la matalauva y la canela molida. Mezclar todo bien.
Añadir los huevos enteros, sin batir y mezclarlos bien.
Por último incorporar el aceite y el anís. Amasar y mezclar todo muy bien. Ir añadiendo algo de agua tibia, poco a poco, para ayudarnos a unir todo bien (medio vaso más o menos), hasta conseguir que toda la masa esté bien mezclada.
El secreto está en amasarlo muy bien. (No se tiene que pegar en las manos y debe quedar manejable como la plastilina). Para conseguir una mezcla bien unida tendremos que poner la masa en la mesa y amasarla muy bien.
Tapar la masa con un paño y dejarla reposar unos 10 minutos.
Pasado este tiempo ir cogiendo porciones pequeñas de la masa, y darles forma redonda, uniendo los dos extremos sin llegar al final. (Los rosquetes son como las rosquillas en pequeño. El tamaño es como el diámetro de una nuez.)
Colocar en un vaso una mezcla de azúcar y canela, reservar.
En abundante aceite caliente ir friéndolos por los dos lados. Tienen que quedar doraditos. Colocarlos sobre papel de cocina.
Al sacar los rosquetes del fuego y todavía bien calentitos espolvorear por encima, con ayuda de una cucharadita, la mezcla de azúcar y canela que teníamos reservada en un vaso.
El resultado, están bueníííííísimos!!!!!!!!!!.
Nota: Los rosquetes hay que hacerlos pequeños porque al freírlos se hinchan.
Si se tiene una freidora es una gran ventaja para este postre: mantiene la temperatura constante, no hay que cambiar el aceite si está muy negro tan a menudo y otra razón muy importante no mancha tanto la cocina.
