Ya sé que en todas las casas es habitual comer croquetas, ya sea para aprovechar esos restos de carne o pescado de alguna comida anterior o simplemente porque están buenísimas. Son algo laboriosas de preparar pero podemos hacer grandes cantidades y luego congelarlas sin problema.
Cuando preparo la masa de las croquetas me viene enseguida a la mente el recuerdo de mi madre, hacia las mejores croquetas de cocido!!!!!. Hoy primer día de la primavera, 21 de marzo, subo esta entrada con mucho cariño hacia ella. Por supuesto esta es su receta.
También tengo el recuerdo de mis hijos…. Les ha encantado desde siempre comer croquetas, como a la mayoría de los niños je,je…. Yo dejaba la masa en una fuente en le nevera y ellos de vez en cuando iban y cogían un poquito de masa con una cuchara, y yo les decía “creo que tengo ratones en el frigorífico, cada vez tengo menos masa”……. Ellos les hacía mucha gracia pensar que yo creía que teníamos ratones…. Lo que son los recuerdos y la inocencia de los niños je,je…..
Las croquetas son muy fáciles de hacer, cada uno le da su punto deseado, más espesas, menos cuajadas...... La importancia está en la bechamel y para mi gusto en el relleno. Tengo que encontrarme "tropezones" del relleno, no me gustan las que son todo masa.... y también me gustan que queden jugosas... La cantidad de relleno es más o menos al gusto de cada uno.
Ingredientes
Carne de restos del cocido (morcillo)
Jamón serrano de restos del cocido
5 cucharadas de harina (colmaditas)
3 cucharadas de maizena (colmaditas)
2 ó 3 cucharadas de aceite
1 cebolla
1 litro de leche o caldo de cocido o de ambos
Nuez moscada, sal (con precaución)
Rebozar
Pan rallado
Huevos
Elaboración
Desmigar y trocear los restos de morcillo y jamón serrano (más o menos unos 300 gr), reservar. Podemos ayudarnos de una picadora.
Tamizar la harina junto con la maizena para evitar los grumos en la bechamel.
Calentar la leche (yo lo hago en el microondas).
Poner aceite en una sartén profunda, podemos poner mantequilla o los dos ingredientes a la vez. Añadir la cebolla picadita y dejar sofreír a fuego medio hasta que la cebolla esté transparente.
Añadir la harina y la maizena tamizada poco a poco y mezclarla con el aceite y la cebolla. Dejar un ratito al fuego, removiendo, hasta que adquiera un tono dorado, así conseguimos que las croquetas no sepan después a harina.
Echar la leche caliente. Ir removiendo todo junto en el fuego con unas varillas o una cuchara de madera. Hay que hacerlas a fuego medio bajo y no dejar de mover la mezcla porque se pega por la harina. Tiene que quedar una mezcla unida y sin grumos. Si no se consigue se puede batir con la batidora, la cebolla también se triturará pero conseguiremos que no tenga grumos.
Añadir mientras mezclamos la sal (con moderación porque el jamón ya tiene sal) y la nuez moscada. Cuando veamos que la masa está cogiendo bastante consistencia incorporar los restos elegidos del cocido, en mi caso la carne de morcillo y el jamón serano. Continuar un poco más mezclando todo en el fuego. Si vemos que la masa nos queda muy espesa, añadir más leche, si está líquida dejar cocer hasta que tenga la consistencia deseada o añadir un poco de maicena disuelta en agua fría. Mi referencia para saber el punto correcto de la masa es inclinando la sartén, la masa se desplaza "en bloque" y se desprende de la sartén. También tiene que burbujear, formar como volcanitos o agujeritos. Resumiendo, tiene que quedar consistente pero cremosa.
En una fuente algo engrasada con una cucharadita de aceite y extendida con un papel de cocina para eliminar el exceso, volcar la masa de las croquetas. Tapar con film de plástico transparente para que no se reseque la parte superior y forme una costra. Cuando se enfríe meter la masa en la nevera. Hay que dejarlas en el frigorífico un día, nos ayudará a manejar la masa más fácilmente. Espero que no tengáis "ratoncitos" como yo, je, je.....
Para empanarlas, coger porciones de la masa con ayuda de dos cucharas o con las manos. Rebozarlas en huevo batido y luego en pan rallado (yo suelo utilizar el que lleva incorporado el ajo y el perejil, me parece más sabroso).
Freír en abundante aceite de oliva caliente hasta que estén doradas y colocarlas sobre un papel de cocina para que absorba el sobrante de aceite.
Notas: Si queremos congelarlas, nada más fácil que colocar las croquetas rebozadas en el huevo y en el pan rallado en el congelador, separadas entre sí. Cuando se hayan endurecido podemos guardarlas sin problemas en una bolsa de plástico, ya no se pegan entre sí. Para freírlas no hace falta descongelarlas previamente.Mi madre mezclaba la harina con la maizena, ella me comentaba que quedaban las croquetas más suaves y finas y yo siempre las hago así. Quedan deliciosas, por lo menos todo el mundo que las prueban repiten.
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