miércoles, 29 de junio de 2016

QUINOA: QUÉ ES Y CÓMO SE COCINA

La quinoa o quinua es una gran desconocida todavía en nuestras cocinas. Originaria de Bolivia y Perú. Su utilización en esos países se remonta a más de 5.000 años. En cambio, en nuestras cocinas, ha entrado relativamente hace muy poco tiempo.

La he probado recientemente y me ha parecido muy interesante todas las propiedades que tiene, por eso me he decidido a escribir esta entrada individual.

La quinoa podemos emplearla tanto en platos salados como en platos dulces...incluso tomarla en el desayuno como si fuera avena. Si la molemos tendremos una harina estupenda.... su utilización en recetas es infinita. En el mercado la podemos encontrar fácilmente.
Son unas pequeñas bolitas, muy chiquititas. Podemos comprarlas de diferentes colores: amarillas, blancas, grises etc.



La quinoa también llamada seudocereal. Por su alto contenido en algodón se parece en su composición a un cereal pero no pertenece a la familia de los cereales (gramíneas).
Una característica muy importante es que no contiene gluten, con lo cual la pueden comer sin problema las personas celiacas.

Sobre las propiedades nutricionales es impresionante que contenga los ocho aminoácidos esenciales que necesitamos.
Igualmente posee un alto contenido en fibra y un alto contenido en proteínas pero casi nada de grasa. Es ideal para las personas que se encuentren a dieta. Por cada 100 gr de quinoa, 6 gramos son grasas y 16 gramos proteínas.
También es rica en minerales como el hierro, calcio, fósforo.

Si me preguntas sobre el sabor que tiene, te diré que es algo insípida como el cuscús, por eso podemos realizar con ella recetas dulces y saladas.

Antiguamente esos granos se tostaban y luego se molían para hacer harina. Ahora se suele utilizar en sopas, ensaladas etc... Si en nuestra receta, la vamos a necesitar guisada, hay que realizar unos pasos muy sencillos.
1. Lavar la quinoa muy bien para eliminar la saponinas, una sustancia que se encuentra en la cáscara del grano que le da un sabor amargo. Simplemente hay que lavar los granos bajo el chorro de agua fría, frotando los granos. Un par de minutos, es suficiente, hasta que el agua salga clara.
2. Calentar un poco de aceite en una olla, volcar nuestra quinoa lavada, darle unas vueltas para que el grano se seque y se tueste.
3. Añadir agua o caldo. La proporción es doble de caldo o de agua que de quinoa.
4. Cocinarla a fuego bajo tapado durante unos 15 minutos. Conseguiremos que la semilla se abra. La quinoa estará cocida cuando esté al dente. Si se consume el agua y no está al dente, podemos añadir más agua.
5. Dejarla reposar unos 5 minutos.
6. Según la receta, volveremos a lavar la quinoa una vez guisada con agua fría. Separar los granos con ayuda de un tenedor.



Nota: La quinoa la he encontrado fácilmente en grandes superficies y en herbolarios.

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